Desarrollo de las Cruzadas

Comencemos por una definición. El término “cruzada” no es medieval, sino moderno. Se deriva de crucesignati (“marcados por el signo de la cruz”), descripción que se utilizó para designar a los cruzados después del siglo XII. En otras palabras, seguramente ningún soldado cristiano que portaba la cruz en el pecho durante los siglos XI hasta el XIII, sabía que para nosotros, hombres del siglo XXI, él era un “cruzado” y su guerra, una “cruzada”.

Hecha esta aclaración, digamos que se denomina Cruzadas al movimiento generado por la Europa cristiana (no ortodoxa) con el objeto de invadir y conquistar los territorios dominados por el Islam hacia finales del siglo XI y hasta el XIII, principalmente la llamada “Tierra Santa”, Palestina y sobre todo la ciudad de Jerusalén, sede del “Santo sepulcro” o lugar donde fue enterrado Jesús.

Un tema polémico hasta la fecha es el número de Cruzadas. Algunos historiadores hablan de cuatro, otros de seis y la mayoría de ocho. A pesar de ello, hay quienes consideran Cruzadas a ciertas expediciones armadas por motivos religiosos, como por ejemplo, contra los “cátaros” ( 1209 y 1229) en el sur de Francia, llamados también albigenses por el nombre de la región (Albi); las Cruzadas denominadas “bálticas”, contra las tribus paganas de esa región europea, etc. Frente a esta verdadera confusión, muchos historiadores han optado por darse por satisfechos cuando llegan a la quinta cruzada (que comenzó en 1213) y a partir de entonces, dejan de numerarlas.

Está también el movimiento de la Reconquista, durante el cual los cristianos expulsaron a los islámicos de territorios españoles y portugueses, prácticamente desde el siglo XI hasta 1492 cuando cae Granada, el último reducto musulmán. Algunos historiadores la consideran como una de tantas Cruzadas.